Heme aquí queriendo reconstruirme, buscando aquello que destruí. Seria maravilloso que todo lo que era volviese a aparecer, con tan solo abrir mis ojos. Pero llega ese momento en que tomas conciencia de que no existes. De que te perdiste en alguna parte del camino. Y eres NADA.
Pero una nada, que ahora es todo lo que eres.
Luchar con los fantasmas que agobian tu vida. Si entiendo que quieran "consolarme" con ese cliché: " cada quien tiene su propio infierno". Pero a mi me interesa mi infierno, no el de los demás, ese que me suele absorber de a poco.
Se que suena egocéntrico, pero llegue al limite de tratar de complacer a todos. No quería sentirme rechazada y daba toda mi energía a los demás. Y yo no existía.
Ahora soy NADA, pero soy mi NADA. Me pertenezco de una forma pura. Estoy aprendiendo a amarme.
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